La realidad es que en nuestra vida, nuestro ministerio, trabajo o cualquier cosa que hagamos siempre seremos insuficientes. Somos esos vasos de barro que habla el libro de Corintios los cuales tienen un uso dado por el alfarero. Sea lo que hagamos, tenemos una esperanza viva y es que lo que llevamos por dentro, el tesoro del evangelio, la cual nos da una promesa de paz: “Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.”

Available in English here.