Nick Floyd nos recuerda el peligro tan enorme que hay cuando un ministro tiene su corazón lleno de orgullo. La advertencia es simple: O te humillas or serás humillado por Dios. Debemos examinar nuestros corazones y si encontramos orgullo debemos ir a Dios por que sólo a través de Su Espíritu podemos caminar en humildad.

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